jueves, 24 de diciembre de 2009

EN LA GÉLIDA NOCHE DE LOS PERROS

En la gélida noche de los perros
crepúsculos de sangre derraman tinieblas,
un resplandor plateado huye por los campos
y el zorro busca su última guarida.

En la gélida noche de los perros
un cometa desgarra la vasta red del cielo,
quásares, supernovas fecundan los silencios
y un parto de galaxias inunda el firmamento.

En la gélida noche de los perros
huíamos como gallos persiguiendo la aurora,
nos poseíamos sobre las madreselvas,
estallábamos en leche y miel.

En la gélida noche de los perros
el orate vomita su discurso inconexo,
la razón se cobija en cárceles de miedo,
sabiduría salvaje se cuela por los huecos.

En la gélida noche de los perros
me arrastro por el fango, huyo por las cloacas,
dientes como cuchillos desgarran mis entrañas,
mil aullidos de muerte se pierden en la nada.


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1 comentario:

  1. Parece sentirse el dolor
    de toda esa frialdad,
    " dientes como cuchillos
    desgarran mis entrañas".

    Un poema bello y sobrecogedor.

    Un abrazo

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