martes, 29 de diciembre de 2009

PALABRA

Imagen-palabra-verso, la bala en la palabra, palabras-flechas del destino, palabras-ganzúas que burlan al carcelero del tiempo, palabras-diosas ebrias de sangre y sol, palabras bellas, desnudas, solas. Palabra denostada, torturada, retorcida hasta la náusea, arrojada al piélago de la mentira, arrastrada por el fango, por los blanqueados lupanares de la cosa pública, de los mass-media, de la mentira útil, de la verdad inútil.

Y sin embargo, palabra-fénix, una y mil veces desde tus cenizas acudiste a saciar mi sed de luz, a lamer mis heridas, a poblar mis sueños. Una palabra a veces me salvó la vida, una palabra a veces me salvó la muerte, una palabra a veces es mucho más que una palabra, es huir como gallos persiguiendo la aurora, es disparar flechas al sol de medianoche, es amarse sobre las madreselvas, es reírse del odio y del dolor.

Una palabra a veces en el momento justo, en el lugar perfecto, ni una palabra más ni una palabra menos. Gemido de los amantes, estertor del moribundo, balbuceo del niño. Hay palabras como tuétanos en los huesos del tiempo, palabras que son armas, palabras de pasión. Hay palabras-silencio, palabras que lleva el viento…¿adonde?...¿quién lo sabe?...¡echa tu red sin miedo!, quizás alguna atrapes pescador de palabras, cantor de lo innombrable, arquitecto de sombras, vencedor del no…¡una palabra en fin será tu salvación!.

Palabra sola en desierto de silencio.
Palabra náufraga en mar de pensamientos.
Palabra en sombra, hundida en el misterio.
Palabra huérfana de sentimiento.
Palabra en llamas, asaltando el cielo.
Palabra…¡crece y estalla en cien mil versos!

sábado, 26 de diciembre de 2009

ESCRIBO

Porque el arte permite hablar de aquello de lo que no se puede hablar, escribo.

Porque a menudo me duele el cuerpo, la vida, el mundo, escribo.

Porque, Ouroboros de tinta, me retuerzo en la oscura cueva de mi propio ombligo, escribo.

Porque a veces el gozo no me cabe, y crece y se expande más allá de la carne, más allá del Alma, más allá de Dios, escribo.

Porque, ¿quién sabe?, quizás algún día mis silabasemillas arriben a alguna lejana isla y en ella germinen y se abran a otros soles, y otros rocíos las bañen, escribo.

Porque quizás mis mariposas de papel preñado puedan un día enjugar alguna lágrima, hacer surgir una sonrisa que estalle en mil carcajadas al viento, escribo.

Sin cómo ni cuándo ni por qué, escribo por escribir que escribo.

LÁGRIMA

¿No es acaso la lágrima un océano de emoción concentrado en sí mismo, esférico, perfecto?

LEJOS

Lejos, muy lejos, errante en la niebla,
vago en la nada etérea y te tropiezo.

Con un beso me anclas a la tierra
y tus labios florecen la primera sonrisa
y en tu seno titila el néctar del rocío.

Espeleólogo loco, navego tus mil grutas
perdido, sin rumbo, ebrio de ti y de mí
y de fuego, de viento y de silencio.

LA BOCA DEL INFIERNO

La boca del infierno se abre ante mis ojos. Inmensos farallones de roca negra contra los que se estrellan gigantescas olas cabalgadas por sirenas, tritones, ninfas y el mismo Neptuno, cuyas salvajes carcajadas atruenan la inmensidad del espacio desafiando mi miedo atroz. Roca, ola, espuma, miedo, sabor a sal en los labios, finísima lluvia-niebla salitrosa que parece venir de todas partes y de ninguna inunda todo lo que veo, oigo y siento, mi piel, mi sangre, mis huesos, mi cuerpo, mis recuerdos, mi mente, mi alma, todo lo que he sido, soy y seré muere y se disuelve en las salvajes olas que lamen mis pies intentando engullirme en su estruendo ensordecedor, en los orgullosos acantilados que, era a era, van cediendo humillados por la furia del océano, en la blanca espuma que vuela hasta el cielo, en la finísima niebla-lluvia omnipresente... en la boca del infierno.

jueves, 24 de diciembre de 2009

EL DRAGÓN BOMBERO

El Dragón Bombero
intenta apagar los fuegos
que prenden sus compañeros.

El Dragón Bombero es bueno,
mas ningún dragón te quiere
si apagas su horrible fuego.

El Dragón Bombero
está condenado a ser
un patito feo.

El Dragón Bombero
llora lágrimas de hielo
sobre los fuegos ajenos,
sobre los campos resecos,
sobre el mar de los espejos.

¡Dale una sonrisa fresca,
un beso de miel y viento
al Dragón Bombero!.

OTOÑO

Caen los esqueletos muertos de la espera.
Hojas cual mariposas bailan, revolotean
y al final del viaje retornan a la tierra.

Huele a lluvia y a leña,
a mosto de uvas negras.

El bosque estalla y vibra
en mil hogueras gélidas.

Rojos, ocres, naranjas,
lilas, marrones, sienas…
un poquito, aún, de verde agonizante.

Todo se contrae, se compacta, se espesa.
Tímido sol, nubes, niebla…
Algo en mí se serena.

AYER, HOY, MAÑANA

Ayer abracé un sueño
de playas limpias al alba.

El hoy es bastón de ciego,
heridas de espuma blanca.

Mañana, ¿qué sabe nadie?,
¿habrá despertares de ámbar,
de luna, de terciopelo,
de blancas quimeras pálidas?.
¿Habrá carmín en mi almohada?

EN LA GÉLIDA NOCHE DE LOS PERROS

En la gélida noche de los perros
crepúsculos de sangre derraman tinieblas,
un resplandor plateado huye por los campos
y el zorro busca su última guarida.

En la gélida noche de los perros
un cometa desgarra la vasta red del cielo,
quásares, supernovas fecundan los silencios
y un parto de galaxias inunda el firmamento.

En la gélida noche de los perros
huíamos como gallos persiguiendo la aurora,
nos poseíamos sobre las madreselvas,
estallábamos en leche y miel.

En la gélida noche de los perros
el orate vomita su discurso inconexo,
la razón se cobija en cárceles de miedo,
sabiduría salvaje se cuela por los huecos.

En la gélida noche de los perros
me arrastro por el fango, huyo por las cloacas,
dientes como cuchillos desgarran mis entrañas,
mil aullidos de muerte se pierden en la nada.


.

CANTEMOS

En la fresca mañana, bajo un sol sonriente,
árboles amorosos sombralegría ofrecen.
La dicha nos desborda, amor efervescente.
Si Dios existe es esto y si no, lo parece.

Cantemos presto, amigos, pues que la dicha crece,
en pájaros de fuego la voz al Cielo asciende
y, lluvia de hidromiel, embriaga a los presentes
que sobrevuelan este Jardín de las Hespérides
alcanzando extasiados lo que nombrar no pueden.

El néctar de los Dioses nos arrastra y nos mece,
fluye por nuestras lenguas, inunda nuestros vientres.
Los diminutos poros son infinitas fuentes,
arcoiris de gozo donde el dolor ausente
hace cosquillas dulces de los pies a la frente,
golosas mariposas nos liban indolentes
y el olvido recuerda lo que olvidar no quiere.

Donde sudan las flores y levitan los peces,
donde Mamá Abundancia en su seno nos mece.
Cantemos piano, forte, fortíssimo, silente.
Cantemos impostado, cantemos en falsete.
Cantemos a capella, sfumatto, infraleve.
Degustemos las notas allegro, dolce, al dente.
Cantemos a mordiscos, a golpes, indecentes.
Cantemos al que llega, cantemos al ausente.

Cantemos hasta en sueños, cantemos rojo y verde,
azul, negro, violeta y naranja estridente.
Cantemos a los Dioses, hagámoslos presentes.
Cantemos a las Musas, cantemos a las Fuentes
del Saber de las Eras y bebamos alegres.

Cántale a un perro muerto y a quien menos te quiere.
Canta triste o feliz, canta como te sientes.
Quien canta su mal espanta, al cantar tu bien ya tienes,
el Cielo baja a la Tierra, la Tierra hasta el Cielo asciende,
se miran, bailan, se entregan, amantes de piel caliente,
y cantando me despido hasta la canción siguiente.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

MANOLIÑO NUMBER ONE

Manoliño Number One foi un neno tirano, un mozo insoportable, un adulto molesto coma gran no cú e un vello ruín. A súa filosofía e ética eran sinxelas: “primeiro Eu, despois Eu e pra rematar tamén Eu”. Encantáballe xogar ao eueu, que é o nome do ioió en neocastrapo metaenxebrista desintegracionista deconstructivista light, lingua pantasma que só falaba Manoliño Number One consigo mesmo, mentalmente para que ninguén o escoitase e poidera roubarlle os seus sagrados segredos, e creada por él nunha noite de éxtase solipsista e de unión místico-contemplativa co seu ultradivino embigo.

O seu fogar era un labirinto infindo habitado tamén por unha Minovaquiña de compaña con pedigrí, de nome Gallarda. Ao Minotauro mandouno ós Sanfermíns, pois era moi perigoso, non lle rendía adoración como a él lle gustaba, era moito menos transenxebre que a Gallarda e ainda por riba a leite que daba non era merengada…¡tolón, tolón!. O Fio de Ariadna hai tempo que o comeran os ratos e os restos do finado do Teseo xacen nun moderno e funcional cadaleito de deseño Ikea, acolchado, con alarma, móbil 3G, TV, DVD blueray, TDT, PC, Mac, portátil, ADSL, Wi-Fi, GPS, WC, modem, pendrive, bluetooth, ipod, playstation, lovedoll e outras caralladas “por si ascaso” te enterran a medio morrer, ¡leve o demo!, que non te aburras.

Este alucinantóxeno labirinfindo buraco-vermoide estaba construido con espello “enjuapizante” parlante supermáxico, superpelota, supercotilla e superdivino da morte. Todo él era un ilimitado espello intermultidimensional ondulante permeable e guay.

-Espelliño, espelliño, ¿quén “son” o máis “juapiño” deste Universiño e dos infindos universiños seudoparaleliños como canóns de escopetiñas de feira?.
-¡Es Tí, Suprafaro oculto omnireflectinte que nos guía cara a onde só Tí sabes!.
-¡Louvado sexa Eu!. Eu Meu que estou no Ceo, ¡santificado sexa o Meu nome!.
-¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaammmmmmmmméééééééééééééééénnnnnnnnnnnnnnnn!!!.

PLATOS ROTOS

¡¡Socorro…nos hundimos!!...gritan ya los maldivos,
Titanic postmoderno, islas, palmeras, viento,
¡ya con el agua al cuello, ya con el agua al cuello!.
No hagan olas, no naden, ¡hagamos el muerto!,
¡burlemos al destino, crucemos el infierno!.

Pero a miles de millas no llegan sus lamentos,
la orgía continúa hasta el fin de los tiempos.
Babilonia insaciable de destrucción y muerte
malcriada destripa su planeta-juguete.
Leviatán feroz crece devorando la tierra
y el Desierto-Anaconda nos ahoga en arena.

Babilonia burlona se ríe y se lamenta,
farisea, embustera, engendro del Averno,
se da golpes de pecho mientras cruza los dedos,
y un grito que no cesa clama al Cielo en silencio,
un grito que se enrosca y copula con otros,
mil serpientes en celo devorando Universos:
¿Quién paga los platos rotos?,

¿adónde irán los niños de la Atlántida nueva?,
¿adónde sus canciones, sus juegos y sus mocos?,
¿habrá acaso un mañana, un despertar, un siempre?...

De tí depende.